sábado, 1 de enero de 2011

Lestat, el vampiro. (fragmento)

La belleza no era la perfidia que él imaginaba, sino más bien una tierra inexplorada donde uno podía cometer mil errores fatales, un paraíso salvaje e indiferente sin postes indicadores que señalaran lo bueno y lo malo.
Pese a todos los refinamientos de la civilización que conspiraban para producir arte -mareante perfección de un cuarteto de cuerda o la irregular grandeza de los lienzos Fragonard- , la belleza era algo salvaje. Era tan peligrosa y anárquica como había sido la tierra eones antes de que el hombre tuviera el primer pensamiento coherente en la cabeza y escribiera el primer código de comportamiento en tablillas de arcilla. La belleza era un jardín salvaje.

1 comentario:

  1. De Anne Rice. Es una pequeña parte de "Lestat, el vampiro". Aquí -mas allá de que sea un fragmento- se ve puntualmente la forma de narrar que es una característica de ella a lo largo de todas las crónicas vampíricas de la cual forma parte éste libro. El juego del bien y del mal en todo, las referencias constantes a artístas, lugares, hechos históricos, etc; de la época en la cual se desarrollan los hechos.

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